Tuesday, April 05, 2005
La Cogida Y La Muerte
LA COGIDA Y LA MUERTE
A las cinco de la tarde.
Eran las cinco en punto de la tarde.
Un niño trajo la blanca sábanaa
las cinco de la tarde.
Una espuerta de cal ya prevenidaa
las cinco de la tarde.
Lo demás era muerte y sólo muertea
las cinco de la tarde.
El viento se llevó los algodonesa
las cinco de la tarde.
Y el óxido sembró cristal y níquela
las cinco de la tarde.
Ya luchan la paloma y el leopardoa
las cinco de la tarde.
Y un muslo con un asta desoladaa
las cinco de la tarde.
Comenzaron los sones del bordóna
las cinco de la tarde.
Las campanas de arsénico y el humoa
las cinco de la tarde.
En las esquinas grupos de silencioa
las cinco de la tarde.¡
Y el toro, solo corazón arriba!a
las cinco de la tarde.
Cuando el sudor de nieve fue llegandoa
las cinco de la tarde,
cuando la plaza se cubrió de yodoa
las cinco de la tarde,
la muerte puso huevos en la heridaa
las cinco de la tarde.
A las cinco de la tarde.
A las cinco en punto de la tarde.
Un ataúd con ruedas es la camaa
las cinco de la tarde.
Huesos y flautas suenan en su oídoa
las cinco de la tarde.
El toro ya mugía por su frentea
las cinco de la tarde.
El cuarto se irisaba de agoníaa
las cinco de la tarde.
A lo lejos ya viene la gangrenaa
las cinco de la tarde.
Trompa de lirio por las verdes inglesa
las cinco de la tarde.
Las heridas quemaban como solesa
las cinco de la tarde,
y el gentío rompía las ventanasa
las cinco de la tarde.A las cinco de la tarde.
¡Ay qué terribles cinco de la tarde!¡Eran las cinco en todos los relojes!¡Eran las cinco en sombra de la tarde!
Lorca
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4 comments:
He dicho a las cinco de la tarde?
El sorpresivo anuncio de la tragedia.
Aunque no quiero verla.
si, que no quiero verla. No quiero sentir...
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